Algo de historia. Pont D’Ael y Aosta
Pernocta: Area de autocaravanas lago Lexert (45.862850, 7.396996). 10 euros.
Itinerario: Valnontey-Pont'DAel-Aosta-Lexert.
Durante la noche hemos
tenido que poner de nuevo la calefacción, pero la mañana amanece bajo un bonito
sol, con un cielo manchado con algunas nubes.
Y hemos puesto rumbo a Pont’Ael,
localidad cercana donde se encuentra un curioso acueducto romano, aunque sin
saber si podíamos o no llegar por la estrechez de la carretera vista a través
del google earth.
Cuando hemos llegado a la desviación, yo no me atrevía. Me parecía justa, pero Angel me ha animado y la verdad, la carretera es suficiente y solo son dos kilómetros. Hemos aparcado en un pequeño aparcamiento a la entrada y tras atravesar las cuatro casas que tiene este bonito pueblo, hemos llegado al acueducto romano del siglo III antes de Cristo.
Se trata de una
grandiosa obra de mampostería y bloques de piedra labrada, con 56 metros de
altura y más de 50 de largo.
Ahora ponemos rumbo a Aosta, la capital de este valle aunque hacemos antes una breve parada en Aymavilles ya que su iglesia en la carretera capta nuestra atención.
Y nos dirigimos directamente al área de autocaravanas Cuesta 1 euro la hora pero aunque he leído que hay otros aparcamientos, el área tiene buena situación para visitar la parte más turística e interesante de esta ciudad.
Cuando llegamos admiro
el interior de una camper que está abierta y que deduzco que la han
camperizado. Pregunto al joven y me lo confirma. Lo ha hecho él con su padre.
Es una preciosidad. Cuando escucha que hablo con Angel en castellano, me
pregunta que si hablo español y le digo que soy española y me comenta que él
también lo habla, que su padre es portugués y del portugués al español…Así que
al francés, italiano y alemán que pueden hablar los suizos además del inglés,
este joven seguramente añade el portugués y para mi envidia, un buen español. Creo
que si el color de la envidia pudiera verse, me verían…verde.
Regresamos y por una
calle peatonal el smartphone nos dirige hacia el teatro romano. La calle está cuajada
de comercios y negocios de todo tipo y a esta hora, las 11,30 está muy animada.
Pero no me detengo a mirar ya que temo que nos puedan cerrar alguno de los
lugares que queremos visitar.
De camino hacia el teatro una señal nos indica la colegiata de San pedro D’Orso del siglo XI.
Este conjunto
monumental consta de la iglesia, el campanario y el claustro, así como su
catedral. La torre del campanario que es
lo primero que llama nuestra atención, se construyó en el siglo XII como parte
del sistema defensivo de la muralla. Para edificar la base se utilizaron
piedras de antiguos monumentos romanos. La parte superior corresponde al siglo
XIII. Pero es el claustro la parte más destacada de todo el conjunto.
Construido en el siglo XII se remodeló tres siglos después.
De los 52 capiteles originales se conservan 37. Están esculpidos en mármol blanco y cubiertos con pintura oscura ya desde tiempos antiguos que capta nuestra atención.
Al parecer se trata de un compuesto impermeabilizante mezclado con cenizas que al oxidarse va adquiriendo ese color negruzco.
Muy cerca otra señal
nos dirige a la iglesia paleocristiana, pero nos encontramos con la entrada a
un museo y un ticket que vale 10 euros por persona aunque incluye varios
lugares turísticos. Pero solo tenemos interés en el teatro y el criptopórtico
forense así que continuamos nuestro camino hasta el teatro romano que
encontramos cerca también de esta arteria comercial de la ciudad. Y aquí ya no
nos libramos y tenemos que abonar los 10 euros por persona.
Quizás es el monumento más relevante de la ciudad.
Impresionan sus 22 metros de altura con arcos superpuestos que corresponden a
los restos de la fachada sur. Parece ser que el teatro tenía una cubierta fija,
aunque no quedan evidencias de ello. Igual que ocurrió en otras ciudades
romanas, tras la caída del Imperio, principalmente durante la Edad Media,
muchos edificios se adosaron al teatro y el monumento como tal pasó
desapercibido durante varios siglos. Gracias a las obras de recuperación todos
estos edificios fueron demolidos quedando al descubierto esa parte de fachada.
Se han identificado también la orquesta y las gradas del auditorio que, según
se calcula daban cabida a unos cuatro mil espectadores.
Esta “reconstrucción”
me la tienen que explicar porque es inevitable comparar lo que veo ahora con otros teatros romanos ya conocidos,
en concreto me ha venido la imagen del teatro de Mérida y allí la construcción
de mayor altura que se conserva es la del escenario por lo que aquí, en el
teatro de Aosta, identifico lo que en realidad es la grada con el escenario y
no consigo reconstruirlo en mi cabeza.
Era la entrada principal a la ciudad, la más importante de las cuatro que daban acceso al interior de la muralla. Se construyó tras la conquista de la ciudad, en la misma época que el puente y el Arco de Augusto con el que se encuentra alineada. Las dos aberturas laterales eran para el paso de viandantes mientras que la abertura central, mucho más ancha, estaba destinada a la circulación de los carros.
En la época medieval
se construyó una capilla sobre el arco central dedicada a la Santísima
Trinidad. La puerta estaba recubierta de losas de mármol de las que sólo se han
conservado algunas piezas dejando la piedra al descubierto. A estas horas está muy transitada.
Ahora por calles pequeñas perpendiculares a esta arteria comercial y también peatonales, nos dirigimos al “criptopórtico forense” curioso nombre que resulta ser una larga galería subterránea de tres brazos con pasillos separados por arcos cuya función no se conoce exactamente.
Una vez fuera atravesamos
la hermosa y luminosa plaza donde se encuentra el Ayuntamiento, cuya sede es un
gran palacio neoclásico del siglo XIX
que ocupa todo el lateral de esta gran Plaza. Decidimos dejar a un lado la calle
comercial para pasar por un cercano Carrefour market ya que en los 10 días que
llevamos fuera hemos acabado con los alimentos frescos como fruta y verdura y
también con la carne congelada y en este pequeño supermercado consigo
abastecerme de todo lo que necesito y hablo en singular porque Angel ha
olvidado su mascarilla y estamos viendo como cae a nuestro alrededor gente que
hasta ahora se había mantenido a salvo del Covid y aunque no ha sido nada
serio, sí los ha mantenido cuatro ó cinco días con síntomas que les han imposibilitado
hacer vida normal. La incidencia en España es alta y se habla de “séptima ola”,
pero es que en Italia leo que ocurre algo similar con datos un poco inferiores
a los de Madrid, pero contagiarnos aquí
podría ser más que molesto. No nos podemos aislar por lo que si se contagia
uno, el otro seguro que cae, y nos obligaría a parar unos días hasta que nos
encontráramos en condiciones, así que hemos decidido entrar en lugares cerrados
usando la mascarilla y yo, la FFP2, igual que en España.
Tras cargar con comida desde el Carrefour market hasta la autocaravana y “archivarla”, quince minutos antes de las 14 horas dejamos el área. Es un sitio francamente feo, así que ponemos rumbo a donde estamos ahora un área que pertenece al camping en Lexert (45.862850, 7.396996).
En el área tan solo hay una autocaravana italiana.
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